Transformaciones en la participación ritual y política de mujeres dentro del movimiento masortí

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Resumen

Este artículo tiene como objetivo analizar las transformaciones en las formas de participación ritual y política de las mujeres dentro del movimiento judío conservador o masortí en la Ciudad de Buenos Aires, a partir de la reconstrucción de historias de vida de cuatro interlocutoras. Se trató de una investigación cualitativa, valiéndose del enfoque interpretativo desde una perspectiva sociológica. Las mujeres recuerdan los modos en que por medio de sus intervenciones lograron ampliar la participación femenina en rituales que hasta el momento eran ejecutados por varones (hacer la ceremonia de Bat Mitzvá, leer la Torá [Pentateuco] o cargarla) y sus experiencias ocupando cargos directivos. Para el primer caso, dicha participación logró institucionalizarse, mientras que para el segundo, sigue siendo algo excepcional, teniendo continuidades con lo que sucedía con las mujeres durante el siglo XX.

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Vanesa Cynthia Lerner
Biografía del autor/a

Vanesa Cynthia Lerner, Universidad de Buenos Aires

Lerner, V. C. (2023). Transformaciones en la participación ritual y política de mujeres dentro del movimiento masortí. Revista Cultura Y Religión, 17, 1-23. Recuperado a partir de https://tricahuescholar.com/unap/cyr2/index.php/revistaculturayreligion/article/view/1066

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Citas

“las formas de producción social de interpretaciones públicas del pasado para constituir socialmente el presente” (Visacovsky, 2007, p.63).
Siguiendo a Sergio Visacovsky (2007, p.61-62) ambas son esencialmente interpretativas. Son construcciones o elaboraciones que expresan significados. Lo que las distingue es el modo en que organizan las experiencias. La primera tiene la pretensión de ser lineal y progresiva basada en documentos escritos, mientras que en la segunda puede haber saltos o “dar voz” a aquello que la historia oficial no cuenta e incluir relatos orales. Desde el análisis narrativo, puede focalizarse “en las subjetividades, ideologías o concepciones culturales que modelan la experiencia sobre el pasado”.
Según Joan Scott (1996, p. 289) el género es un elemento constituido de las relaciones sociales basadas en las diferencias que distinguen los sexos y es una forma primaria de relaciones de significantes poder. “Los cambios en la organización de las relaciones sociales corresponden siempre a cambios en las representaciones del poder, pero la dirección del cambio no es necesariamente en un solo sentido”.
No obstante, siguiendo a Rebekah Pite (2013, p. 216) en la década de 1950 existía un ideal de la ama de casa no asalariada. En la década de 1960 un pequeño pero creciente número de mujeres comenzaron “a sugerir que la domesticidad de tiempo completo no era la única opción para las mujeres, ni necesariamente la mejor. Las jóvenes de clase media fueron las que más se hicieron oír a través de sus acciones, a medida que muchas que podían hacerlo continuaron su educación o buscaron trabajo fuera del ámbito doméstico”.
Sandra McGee Deutsch (2017, p. 121-122) explica que en dicha década las mujeres judías estaban sobrerepresentadas en los sectores administrativos y comercial como empleadoras o trabajadoras autónomas (“el 20% de las mujeres judías que trabajaban eran profesionales, comparadas con el 16% de todas las argentinas”).
“El Estado buscaba implementar el sistema educativo con el menor costo posible; así, la mujer se presentaba como trabajadora barata. La complementariedad se constituyó en uno de los principios legitimadores del trabajo remunerado femenino, especialmente en la esfera educativa, el salario percibido por las mujeres era considerado como un incremento de las entradas familiares tanto si era soltera como si era casada. De esta manera, el magisterio también se situó en una división vertical del trabajo por la cual las mujeres como grupo estaban en desventaja frente a los hombres en cuanto al salario y condiciones laborales, en tanto el hombre sería responsable del sustento familiar” (Billorou, 2016, p. 3).